viernes, 5 de marzo de 2010

"TODO INCLUÍDO"



para Jacko.



Después de haberse recorrido casi media Barcelona buscando una habitación decente finalmente Carlos encontró el aposento que necesitaba. Fue en aquel piso de la Calle Aragón que ya habitaban Jhon y Edu. Un hogar donde la comunicación y el buen rollo se llevaban bien ya que la amistad que les unía aun florecía desde hace varios años.
Carlos lo encontró por pura casualidad una mañana que iba paseando por esa escandalosa calle y vio el anuncio en un mural de un moderno café donde se dejó caer a reponer fuerzas.

SE BUSCA CHICO GAY PARA COMPARTIR PISO. HABITACIÓN ESPACIOSA, LUMINOSA, WI-FI. 375 € TODO INCLUÍDO.

No tardó en apuntar el teléfono, respirar hondo, cruzar los dedos y llamar cuando estuviera menos nervioso. Necesitaba estacionarse ya en un sitio. Desde que había llegado de Colombia, donde había nacido hacía 21 otoños, no hacía más que ir dando tumbos entre las casas de los amigos de sus padres que de jóvenes habían estudiado aquí.
Llegó la tarde (con un sobresalto en el pecho) y llamó. Llamó (con cierto temblor en sus dedos) y le respondieron. Le dijeron que sí y (sin apenas creérselo) se mudó. Se mudó y sonrió. Sonreía porque acababa de independizarse de las cuerdas de sus padres y estando lejos de ellos podría manejar su vida a sus anchas, hacer visibles sueños que tenía estacionados. La Calle Aragón le recibió engalanada y apetitosa. Sus nuevos compañeros de piso le comenzaron a llamar ( a escondidas): la gula de Aragón. Tenía hambre de todo.
La convivencia estaba siendo cordial, educada, políticamente correcta hasta aquella noche de viernes en que Jhon se fue de marcha y al quedarse sólo en el piso con Edu se acercó a la entreabierta puerta de la habitación (semioscura)de éste e introduciendo la cabeza en un ajeno territorio le sollozó le dijo.
estas dormido?
No. Respondió el precioso Edu que intentaba leer con la mísera ayuda de la luz de una lámpara y que dibujaba en su piel seis abdominales muy bien definidos. Gula.
Me puedes hacer un favor?
Si, dime.
El problema es que estoy muy cachondo y necesito saber si me podrías echar una mano.
Edu se quedó blanco. Patidifuso. No sabía cómo reaccionar ante la frescura del colombianito. Y pensó para sus adentros: joder, ¿cómo viene la nueva generación?.
Titubeo, tartamudeo, se hizo un lío y hasta se erizó. Muy decidido lanzó entre la oscuridad y la rabia:
Lo siento. Estoy enamorado.
¿Pero de verdad?
Ja. Sólo salieron estas dos letras de la boca de Edu acompañadas de una mueca con subtítulos: déjame en paz.
Ah. Lo siento.
Edu intuyó que Carlos se marcharía lleno de vergüenza al percibir que su silueta comenzaba a desaparecer. Pero de pronto la silueta alcanzó (de nuevo) la puerta. Carlos se apoderó del marco y le increpó:
¿Y sabes si Jhon tardará?
No lo sé la verdad.
¿Sabes tu si él es activo o pasivo?
Pregúntaselo a él cuando vuelva, Carlos.
La severidad de la respuesta de Edu hizo que Carlos diera media vuelta y se encerrara en su caliente habitación sabiendo que estaba metiendo la pata hasta el fondo .A la vez, Edu cerró la suya sutilmente aunque cabreado porque lo habían desprendido de su lectura, de un mundo de naves espaciales y monstruos donde estaba comenzando a aterrizar, y de forma gratuita.
Después de este incidente la situación en aquel piso de la Calle Aragón se volvió un poco tensa. De hecho Carlos vuelve a buscar habitación. Y esta vez lo hace con una lección aprendida. En los anuncios, cuando lee que todo está incluido, no se lo cree. No todo está incluido.
Edu y Jhon siguen siendo los de antes y están pensando en cómo redactar el siguiente anuncio para cuando Carlos se marche. Creen que ya lo tienen:

SE BUSCA CHICO GAY , ACTIVO, MADURO Y AUEBLADO PARA COMPARTIR PISO.
HABITACIÓN ESPACIOSA, LUMINOSA, SIN AMUEBLAR, WI-FI. 300 € TODO INCLUÍDO.

Era sólo cuestión de hablarlo.



JAVIER BRAVO.
Barcelona, 25 de febrero de 2010.

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