miércoles, 3 de noviembre de 2010

"LAS TRES P"




para Gian.
para Cristian.


Fermín llegaba con la polla bien dura como cada jueves que obedecía a la llamada puntual de Marcelo. Siempre a las siete de la tarde. El hecho de ser vecinos era un plus. Y que se gustaran a rabiar hacían de esta historia la puta hostia. El proceso era el mismo: rabote duro de Fermín al entrar al apartamento y pantalón a media rodilla. Marcelo: culo en pompa y de burbuja, abierto y lubricado esperando sentir en un periquete cómo el ansiado paquete irrumpía en el ojete con la fuerza de una rima. Paredes blancas, una botella de agua mineral pululando, ningún mueble disfrazado de mirón, calor en las paredes y en el culo de Marcelo que encima de la cama cumplía el ritual, listo para ser violado y bien abofeteado a base de guarradas. Soy todo tuyo tío, trátame como tu puta, ¿dónde me la vas a echar cabrón?, métemela ya tío. El colchón, siempre desnudo, era testigo mudo de la total desnudez de ambos volcanes. Un cenicero le decoraba y en él descansaba un cigarrillo de marihuana, bien cargado, esperando a que Fermín entrara por la puerta. Una vez dentro, Marcelo lo encendía apoyándose de los codos y comenzaba su viaje hacia ese revolcón perfecto de los jueves que ya, también, comenzaban a serlo.
Fumaban poniéndose a tono. Aguantaban el aire dentro el mayor tiempo posible mientras el cipote de Fermín jugueteaba con el volcánico agujero de Marcelo que seguía a cuatro patas, aguantando los cachetes como un campeón. Era su postura favorita. Fermín le insultaba, le llenaba de lapos y con sus dedos preparaba el terreno con hambre de explorador. Luego, ya colocados, llegaban a una especie de paraíso donde siempre perdían la noción del tiempo y, magreándose a tope, convertían el sexo en una batalla campal. Pim, pam, toma cabronazo. El ojete de Marcelo dilataba cada vez más, a tal punto que el pollón del otro apenas notaba a pesar de estar decorado con un no minúsculo piercing. Eso hacía que llegara el tiempo de los dildos, que eran aceptados sin encontrar inconvenientes ni objeción. Los dildos iban in crescendo, de los más pequeños a los mas bestias pasando por unas bolas chinas, una lata de coca cola y llegando a unas cadenas de bastante diámetro que el anfitrión tragaba cual agua de manantial. Descansaban unos segundos y volvían a la batalla enfurecida. Marcelo el insaciable siempre quería más, y Fermín el bailarín venezolano era una máquina follando. Se juntaban el hambre y las ganas de comer compenetrándose, produciendo una gula feroz que les hacía salirse de su realidad en un baile salvaje. Era como si la polla del uno estuviera destinada al culo del otro.
No les hacía falta el poppers hasta aquel jueves de diciembre que, celebrando la Navidad, Fermín lo metió en su bolsillo y decidieron, tirándose por la calle de el medio, probar a ver si era verdad eso de que con esa esencia se sentía más placer. Joder, que pasada tio, cómo la siento dentro aunque a ti se te haya quedado medio floja, cómo me estás poniendo el ojete man, dame más, dame más, coge el mechero y enciéndeme el porro, ggrrrrr, ¿Dónde se compra? ¿Limpiacabezales? Puff, es lo más tio, que rico, ¡¡Dioooos!!


Según mis autodidactas conocimientos médicos coleccionados a través de la experiencia tengo entendido que si mezclas sustancias que bajan tu tensión en un acto como hacer el amor
que de por sí genera adrenalina y baja la tensión puede traer graves consecuencias. El poppers es un vasodilatador que acelerando el corazón hace que ganes en ritmo y en excitación. Aunque no lo notes y no lo parezca, tu cuerpo se debilita puesto a que esta sustancia es, ante todo, un relajante muscular. Pasa lo mismo con los porros, que tras unas caladas aumenta tu apetito, entras en una especie de pereza y la sensibilidad pasea a flor de piel. Puedes excitarte en cuestión de segundos siempre que el compañero de juegos despierte tu atención y tu morbo. En caso de que no sea así, no pasa nada ya que al estar en una especie de globo aereodinámico cualquier caricia o roce es bien recibido y a ésto los genitales (y la piel) responden. Si a estas dos drogas le sumamos la mayor, el sexo, entonces puedes echar el mejor polvo de tu vida con una cadencia de movimientos sin igual. Como si fueras insaciable ganas en resistencia. Nunca quieres acabar, y la imaginación que también sale de paseo te convierte en innovador, creador y excesivamente vicioso. Tu corazón en un trialón. Puedes navegar en un mar de sudor.


Le comía los sobacos y dando una voltereta le chupaba los pies metiéndosela hasta el fondo. Era como un trance donde los dos habían perdido el sentido de la orientación, danzando en cualquier sitio menos en aquella minimalista habitación del Paralel. Toma, pim, pam, ¡ aaaay...! La cama, que como cada jueves estaba en el centro del cuarto, dos horas después aparecía esquinada contra la pared, con el colchón en el suelo junto al popers y el cenicero. El cuerpo de Marcelo se dejaba hacer. De vez en cuando echaba una miradita hacia detrás, con cara de pocos amigos, donde estaba clavándole hasta el alma el pollón de su vecino. Le encantaba mirar de soslayo a su follador cuando se lo follaban, y flipaba viendo como una buena herramienta entraba en su más caliente orificio hecho la bandera de Japón. Hasta probaron un fist gracias a la nueva fragancia que ambos inhalaban y les des-colocaban. Fumaban y volvían a la jungla. Fermín esnifaba el suspensorio del otro que olía a polla cachonda y se calentaba más. Querían correrse pero no podían.
Marcelo dio por zanjada esa idea ya que cuándo lo había probado en anteriores ocasiones acabada con la polla hecha un gañipo. Ya me haré luego un buen pajote, pensaba, y seguía en pompa abriéndose al doloroso placer. El otro, el invitado, no quería desistir. Pensaba que una vez bien corrido se marcharía parte del colocón de su cuerpo. No quería volver a casa en aquellas circunstancias. Tenía que soltar leche fuera como fuera y volvía al dale que te pego, a seguir intentándolo. El culo de Marcelo echaba chispas. El frasco de poppers ya comenzaba a quedarse vacío. Le comenzaban a salir llagas al rabote de Fermín pero a él no le importaba. Inhalaba. Lo suyo era inhalar... y el desenlace se ponía cada vez más difícil. Pasó una hora más sin la noticia del lefazo hasta que Fermín rápidamente la sacó, (la piel de Marcelo de gallina) se quitó el condón y una cascada de leche salió junto a un grito lo bastante parecido a un berrido que hizo que la habitación retumbara volviendo, los dos, a la realidad. Era jueves, si. Un jueves inusual. Tan inusual que al correrse, tras la última gota, Fermín cayó al suelo casi inconsciente rogándole al anfitrión un par de minutos así, en posición horizontal. No sabía donde estaba. Era todo debilidad. Marcelo, preocupado fue hacia él. Que te pasa?, ¿estás bien?, espera que abro las ventanas.
Fue a su cocina y regresó con un vaso de agua y un donuts que el casi desfallecido agradeció comenzando a reponerse. Le acompañó al baño y, juntos, compartieron una ducha como cada jueves comiéndose la boca sin parar, torturando suavemente sus pezones y analizando con detalle el polvazo que acababan de echar. Elogiaron a las sustancias ilegales y, mientras se meaban encima (seguían fieles a su ritual), aludieron a lo placentero y relajante que es echar un buen casquete llegando a la conclusión de que cuando se juntan las tres P: polvo, porros y poppers la combinación podía ser muy tentadora aunque también arriesgada y peligrosa. Concluyeron la ducha amando una vez más el peligro.
Fermín salió de casa dándole los últimos mordiscos al donuts.
Marcelo se comenzó a pajear.




JAVIER BRAVO.
Barcelona, 1 de noviembre de 2010.

miércoles, 20 de octubre de 2010

"ALA-DI-NO"



para Rafa.


Así como otras personas necesitaban un porro, un somnífero o una nana para dormir Aladino precisaba frotar su lámpara para conciliar el sueño. Dicho artefacto era su más preciado objeto y el encendedor se hallaba ubicado debajo del pubis, siempre húmedo, unas veces dispuesto a cumplir su cometido y otras cubierto por una grueso mantel (aunque no por eso menos sensitivo) que él cariñosamente llamaba “mi prepucio”.
Era un ritual acariciar la bien amada lámpara cada noche. A veces con desesperación y otras con mimoso cariño. Y no podía pegar ojo si faltaba a su cita saliéndose de las normas y olvidando el ritual por un momento. La masturbación pasó a ser su dormidina y era gratificante ver como, después de estar frotando y flotando salía de ella, inesperadamente y con mucho carácter, un genio de mirada blanca y pegajosa concediéndole una ristra de deseos. En lo último de la fila estaba el de dormitar en paz. En ocasiones el genio llegaba en grandes manadas viriles cual batallas, otras en un par de gotas calientes que quemaban su piel. Cuando aparecía, con su grito onomatopéyico y seco, Aladino volaba en alfombra persa intentando capturar sus sueños, y el sueño le alcanzaba.
Luego la lámpara pasaba a ser el mero objeto de antes, sin poderes, recobrando el tamaño original mientras el protagonista roncaba cual lirón, sin turbantes ni ataduras, y la agotada mano arropando su miembro.
Lo triste era que una vez descubierto los poderes de su lámpara nunca más pudo cerrar los ojos sin antes masturbarse, pero en cambio descubrió lo placentero de invocar al genio. Cuando esto ocurría, o sea cada noche, su mente hacía limpieza general permitiéndole comenzar un nuevo día cabalgando por un cielo esmeralda, sin contaminación, fabricando nubes de buena calidad que siempre le mantenían excitado y en las nubes, esperando la luna como un exótico vampiro para, desde su alfombra, exiliarse del suelo.

Si en este justo momento te miras los brazos y descubres un biceps más formado y contraído que el otro, si ves un paralelismo en ésta con tu historia y parte de tu ritual nocturno es regalarte placer a diestra y siniestro, si hay una lámpara en tu habitación con el encendedor casi gastado y has visto a el Genio de mirada acuosa tira para el Registro Civil y revisa tu historia. Temo decirte que no estás enfermo pero sí que te han mentido con tu nombre. Puede que te llames Aladino.
Ala di no...



JAVIER BRAVO.
Barcelona, 17 de octubre de 2010.

viernes, 8 de octubre de 2010

"SERIAMENTE LOCO- LOCAMENTE SERIO"



para Kimba.

Seriamente loco desvarío en tu pecho
que se acerca despacio a mi revolución.
Cual camisa de fuerza mi sudado colchón
me recuerda el ciclón que llega tras tus besos.
Con los pies en la tierra pierdo el norte,
poseso,
paranoico y obseso te secuestro, arlequín,
entre estas piernas mías donde te prometí
con delirios picantes
darle cuerda a esta guerra.

Locamente serio follo con tu cordura,
veo como se excita tu calor corporal.
Desquiciado me encuentro con tus dedos
que se hunden
en toda marejada que forja tu sudor,
y les llevo a mis labios no sea que se te escapen
hacia este cuello inmóvil que traspira deseos
y en un par de apretones
encuentres mi ansiedad.
Mi bipolaridad toma un solo destino.
Animal alocado que se alivia en tu paz.

Llegas a mi hipotálamo con espasmos melódicos.
Mi habitación es jungla y huele a frenesí
pues quiero un equilibrio para esta cuerda floja
que a base de poseerte penetra mi demencia
y cual necia dolencia
sabe a tranquimazin.

Cato de tu locura
que se ata a mi cintura.
Pierdo el juicio,
entregado,
me quiero violentado.
Intento no perderme y en tu risa me pierdo.
Intento ser sensato y voy feroz a ti.





JAVIER BRAVO.
Barcelona, 30 de agosto de 2010.

"EL ENAMORADIZO DE NARCISO"



Tan enamoradizo y sexual era Narciso que nunca lograba sacar un beneficio de una relación duradera, algún resquicio. Una vez conseguida su presa perdía el juicio y era homenajeada con cuernos y estropicio. Nunca fue su intención causar un maleficio pero finalmente siempre, precipitándose, hallaba un precipicio. Nada podía hacer, pues ése su oficio. Una vez que el cuerpazo y el “feeling” de un Patricio le erizaba su vello no podía negarse aunque fueran ficticios, hasta que en la escena entraba otro novicio al cual él apuntaba con su flecha y su auspicio. Le ayudaba la suerte. Magnífico ejercicio.
Un día se percató, Narciso el vitalicio, que acabaría sólo y lleno de perjuicios. Muerto de miedo en medio de un oscuro edificio decidió a la fidelidad jugar cual sacrificio y quitarse de encima sus punzantes suplicios. Los otros, los cazados, al ver este reinicio, víctimas del pánico y con escepticismo comenzaron a dejarle sin apenas fornicio. Fue cuando se dio cuenta el caliente Narciso que en el mismo coto, tan enamoradizos, siempre estaban los otros buscando un orificio para entrar sin permiso y montar su bullicio tal como había hecho siempre el sexual susodicho. Y sentado en un quicio, meditabundo hospicio, pasó un nuevo Patricio, le lanzó un gentilicio, no le juró al amor e hizo lo propicio: olvidar los te quieros y pasarlo de vicio.



JAVIE BRAVO.
Barcelona, 5 de septiembre de 2010

"PORNOSESION"



para David y Nando.

Aquella jornada los astros estarían a su favor según Esperanza Des-gracia.
El Kalo y el Rulas habían decidido tomarse aquel viernes de relax e invitar a un buen mozo a casa para compartir unas horas de forma amigable, juguetona, sabrosa. De vez en cuando lo hacían. Diez años de relación les abalaban y eran suficientes para dejar entrar en su recinto algún torso sediento sin temor a que los sentimientos tomaran un rumbo equivocado. Eran el perfecto equipo que ante todo, se amaban. Y desde esa complicidad se regalaban chulos constantemente, manteniendo así la llama de la pasión al rojo vivo. No les hacía falta un tercero sólo era una forma de sorprender al otro disfrutando también de la musculada ofrenda.
A pesar de todo ello aquella tarde sentían miedo. La luna, posada bajo sus respectivos signos, Aries y Leo, era un buen presagio pero no las tenían todas consigo. Muchas fueron las veces que habían convidado a un tercero y la cosa no emergía. Es difícil dar en el clavo y encontrar ese cuerpo que se amolda a otros dos que son como uno sólo. Asimilar un nuevo sudor, ver esa química correteando por la piel y la sangre (aunque no la veas), una conversación interesante y fluida con nervios maquillados, excitación previa ante el encuentro y el morbo añadido de quien entrara en su reino eran los pilares fundamentales para que encuentros de su clase en esta tercera fase tuvieran éxito. Habían sido miembros de memorables fracasos y era lo que esta tarde no se podían permitir. Su viernes de relax. Y si se aferraban era porque los astros estarían de su parte según le chivó la tele la madrugada anterior.
El primer paso fue abrir el www.recon.com, y allí, por mera casualidad apareció él, el tercero: un actor porno reconocido en el panorama nacional con el cual habían mantenido una ligera conversación en el pasado y motivo de sacos de pajas de tan unida pareja gracias a un pectoral fornidamente poblado y a sus 24 centímetros de dotación. Delirio para ambos. Dik VanDick era su nombre, pornográficamente hablando. Apoyados en la astrología decidieron mandarle un mensaje al que, atentamente, la estrella del celuloide respondió. La conversación transcurrió de lo más normal. Extrañamente normal. Una transparente y existente conexión entre los tres hacía que cada segundo fuera más morboso que el anterior, con ganas de conocerse física y sexualmente. El morbo por lo desconocido era una razón más que suficiente para decidir quedar. El actor de cine para adultos fijó una hora y propuso hacerles una visita, a pesar de que no vivían por el centro.


Tenían dos horas para prepararse y dejarlo todo limpio: sus cuarenta metros cuadrados, los ocho ceniceros, sus orificios que esta noche iban a ser, supuestamente, bien alimentados. Una vez recogido el modesto saloncito del barrio del Besos y sumidos a la espera comenzaron a ver películas del personaje tan ansiado y ahora próximo invitado. Era una buena manera de calentarse, entrar en acción. Y se sentían extraños al saber que pocos minutos atrás habían estado dialogando con ese tiarrón, icono, que millares de veces (como ahora) se había asomado a su pantalla, humedeciéndola. Mas lo más sorprendente era que en breve lo tendrían revolcándose en su sofá siendo ellos los mejores anfitriones.
Para relajarse del todo fumaron un porro de hachís bien cargadito y fue tal la fumada que se convirtieron en un plis plas en críticos del porno analizando cada plano, cada detalle, (la cámara lenta se hizo un denominador común), qué actor era bueno y cuál no qué director era más actual y cuál más morboso. También fueron los mejores jueces de VanDick en ese momento. Y se notó el no haber perdido detalle porque una vez la estrella del panorama nacional llegó al barrio obrero se engancharon a su boca sin dejarle saborear un hola. Se fundieron en un eterno abrazo, sin espacio para el aire, con movimientos espasmódicos, deliciosos, antinaturales, nada dogmáticos, con penetración incluida. Compenetración de la que no se pudieron desprender en una hora. Brutal polvazo gracias a haber empollado cada movimiento del tercero sumado al morbo y la profesionalidad del maestro del sexo. Eran máquinas, hormonas en crecimiento, torbellinos de placer, océanos de sudor danzando dando a luz mil gemidos, corridas kilométricas con la fuerza del placer. Y llegaron a sentirse satisfechos los tres encontrando lo que ellos estaban buscando y en su ciudad vagamente encontraban: actitud en un tío gay, machote, con pinta hetero que gozara como nadie y que follara como un Dios.
A Dik VanDick, el Kalo y el Rulas les había tocado el gordo a eso de las 10:23 de la noche. Bingo- murmuraron los tres al unísono.
Al acabar saborearon otro porro ya descansando en el sofá pringado y rojo que antes había sido ring, y al ver la pantalla de la tele que aun seguía encendida se pusieron a comentar cada escena de la película que se proyectaba (en ésta no aparecía Dik) donde cada movimiento no iba acompañado de su correspondiente actitud y por esta razón el debate se hizo interesante. Al no llegar a ninguna conclusión jugaron a los doblajes destornillándose de risa y dejando que bajara el éxtasis del combate que se acababan de regalar. El actor le contó secretillos del excitante mundillo que ellos escuchaban doblemente embelesados, que si a gente se confunde pensando que en el día a día son como en las pelis, que si la palabra actores ya dicen que están actuando, que eran gente de a pie, como ellos dos; y hablaron de temas varios sin pasar por el gym, la noche, las mejores marcas de moda y mariconadas varias. Eran tres tíos pasivos de alma hablando de la vida sin un ápice de pluma que descubrían las callejuelas del porno de primerísima mano, mundo que a el Kalo y a el Rulas les había hecho un guiño en más de una ocasión sin respuesta final de los mismos. La misma conversación fluida, natural y madura del www.recon.com tenía continuidad ahora en presente, cara a cara. Quizás le faltaba en sus vidas este viernes y haber puesto la tele la noche anterior para escuchar sus horóscopos. Y parecían estar muy a gusto. Prueba de ello era que comenzaban a liarse otro porro cuando...
Dik VanDick se fue... sintiéndolos colegas.
Ellos sonrieron sumando un folla-amigo en su listado de victorias.
Era verdad, esa noche la energía cósmica aullaba posada encima de Leo y Aries que, con la mejor actitud, pasaron un buen rato de aquel viernes ya casi inolvidable con un chulo que les bajaba el cielo a la tierra follando, charlando, explorando, bebiendo, fumando y sin parar de reir.



JAVIER BRAVO.
Barcelona, 4 de septiembre de 2010

jueves, 13 de mayo de 2010

"TENGO GANAS 5" (de fitness)


(circuito personalizado para ti.)

Tengo ganas de ser elástico y perverso,
rellenar tu vacío en cualquier posición,
buscar tu contorsión,
sentirme colchoneta
e ir desnudo al gimnasio de tu depravación.

Sentir que mi mancuerna te dilate los poros;
“spinning” en mi sangre macha de entrenador
mojando las paredes de unos jadeos sedientos
como calentamiento flexible del dolor.

Y ganas de sudar del duro entrenamiento
que es entretenimiento por todo tu sudor;
cumplir con mi rutina como quien va a tu cuerpo
y quemarte las grasas sin rutinarios no.

Tengo ganas de cardio,
tirar el marcapaso;
de un kamasutra inédito
ajeno a contracturas;
de un anabolizante eficaz y excitante;
de verte boca a abajo y hasta en perpendicular.

Que cuando esté en la acción,
inmerso en las flexiones,
no flexiones tu cuello para que puedas ver
como entra mi músculo masajeando un orgasmo
con fuerza huracanada y énfasis por doquier.

Tengo ganas de estar machacando tu cuerpo,
aeróbico, aéreo y anaeróbico
en resistentes ciclos,
buscar tu sentadilla
guardando el equilibrio, sin encontrar final.

Tengo ganas de ser creatina y lujuria,
provocarte agujetas,
ser intramuscular;
que mi constitución sea tu cinta andadora;
ganar abdominales y empezarte a cuidar.


Tengo ganas...

JAVIER BRAVO.
Barcelona, 9 de mayo de 2010.

"KIT KAT"



A pesar de las burradas
que antes te regalaba,
y en vista de las cerdadas
que aun tengo por oir
necesito un paréntesis
donde no pase nada
para recomponerme,
poner pies en el suelo,
y al verte en la distancia
crear nuevos insultos
que hechos susurros sucios
embistan sin parar.



JAVIER BRAVO.
Barcelona, 13 de mayo de 2010.

lunes, 3 de mayo de 2010

"POR LA MARCA DE TU SPEEDO"


Ves? Is for you...


Por la marca de tu speedo
me pierdo y pierdo el tino,
me encuentro sin respiro,
lleno mi bañador.

Porque es tan tentativa,
colores compartidos,
y hasta imaginativa
que me induce a acercarme,
juez y parte en tu hambre,
tatu provocador...

Ella en braile me invita
a ahogarme en tu marea,
más tarde, en mi recuerdo
queda con fijador.

Comienzo a preguntarle
a mi cabeza ausente
cómo pueden dos tonos
entonar mi bravura,
broncear mi calentura
con un carnal dibujo
donde nada se intuye
y nado sin control.

Por la marca que ese speedo
deja en tu piel, me lio
provocando, sin costuras
odiar los rayos uvas,
viendo lo apetecible
que es quemar tu cintura
donde anhelo alojarme
como una insolación.

Por la marca de tu speedo
yo tropiezo contigo
cada vez que la miro.
Y con sólo pensarte
quiero sólo arrimarme.
Me encuentro con mi glande
babeándome deseos
y lleno de ipso-facto
mi hambriento bañador.



JAVIER BRAVO.
Barcelona, 1 de mayo de 2010.

"SKIN"



Llegas marcando el paso
con tus botas maqueadas,
actitud agresiva rifando un empujón,
y quiero oler al acto ese polo sudado
que casi sin saberlo me acosa sin perdón.
Quisiera ser tirante y estirarme hasta atarte
rodearte la cintura,
mojarte con saliva esa violencia innata,
desabrochar, plebeyo, el grito en tus cordones,
esconderme en la “bomber” que siempre te acicala
para aliarme contigo,
ser tu transpiración.
Ir a la independencia que lucha entre tus piernas
obedeciendo órdenes,
el primero en tu fila de “hooligans” pacíficos
y el ultimo en la hilera para la bomba lapa
que al perderte de vista explotará entre nos.

Llegas marcando el paso
con tu bate de béisbol,
vaquero ultraceñido y a la par desteñido
que quiere respirar por toda su presión
poniendo ante mis ojos tu dura ideología
que anhelo defender con hambre de “bulldog”.
Quisiera ser la raza que arma tu coraza
y estar presente siempre en el ritual momento
en que,
frente un espejo,
la cabeza rapada y aun sin tu uniforme
te dispersas odiándome por cómo te imagino
solamente vestido con el sudor lascivo
que decora y resbala por tu cuerpo tintado
regalándole “slogans” a mi revolución.

Llegas marcando el paso
a pedirme un cigarro
mientras yo te desnudo con un sí con temor
y al ver la cajetilla, estética agresiva,
corres hacia tu premio, dulce cara de bestia,
me rozo con tu “skin” y busco el empujón.


JAVIER BRAVO.
Barcelona, 28 de abril de 2010.

sábado, 17 de abril de 2010

"SU MISIÓN"



para Germán.


Aborrecido por la rutina de las páginas de contactos y buscando algo de acción decidí indagar nuevos sitios en la red. Explorando llegué hasta tuesclavo.es. Allí le encontré a él.
Y me di de bruces ante mi ignorancia por todo un mundo que desconocía. Lo primero que me llamó la atención fueron sus fotos. Fotogramas de una limpieza general en un piso, supongo del Eixample barcelonés, donde se le veía en todo su esplendor, radiantemente sumiso, con una fregona en la mano, un delantal cubriendo la desnudez de su cuerpo a juego con un antifaz, tirado por los suelo, feliz entre una suciedad que él troquelaba en pulcritud. A medida que iba mirando sus fotos mi curiosidad iba creciendo, y se hizo gigante cuando su nick (la_chacha_bcn) abofeteó mis pupilas.
Intrigado a la par que aturdido, y también algo caliente (todo hay que decirlo) me puse en contacto con él, que como buen sumiso aceptaba la propuesta de limpiarme el piso de arriba a abajo, antes de obsequiarle con una buena follada que le prometí y me prometí ya que él no estaba nada mal. Era lo menos que podía hacer. Me iba a librar de una de las tareas del hogar que mas odiaba. Matando dos pájaros de un tiro concertamos la cita para el día siguiente.
Sabiendo que venía a dejarme el piso como una patena esa noche no fregué. Una torre inclinada de platos sucios le construí, algunas colillas no accidentalmente se me cayeron al suelo, me di un baño de varias horas, capoteé como el enano que soy, llené los ceniceros a causa de los nervios y me fui a dormir pensando en frases para amaestrarlo, engolando la voz y ensayando el tono perfecto para tal sumisión.

…...........


Al levantarme me di cuenta de que el piso se había convertido en un vertedero. Me dio miedo tanto desorden y huyendo de él bajé hasta el badulake de la esquina para comprar todos los productos de limpieza habidos y por haber. Había llegado el día. No me afeité, me dejé una punzante barba para darle más autenticidad a mi nuevo papel de amo y me puse a esperarle.
Llegaron las 5, y con las 5 llegó él. Cabizbajo, se deslizó por la puerta que había dejado entreabierta y sin mirarme a los ojos comenzó a comerme la polla, de rodillas. De vez en cuando me miraba, supongo que como un Dios, cuestión de perspectivas, pero rápidamente volvía a su labor de dejarme la polla reluciente. Cuando ya me cansé y se apagó el cigarrillo que me fumaba le levanté. De un empujón y sin mediar palabras le coloqué contra la pared, le bajé el pantalón, me puse un condón y le embestí con tal fuerza que casi pierde el equilibrio. Tirándole del pelo con una mano y tapándole la boca con la otra me corrí sobre su ojete. El se pasó la mano por mi leche, por su ojete aun caliente y la tiró al suelo. Algo más que limpiar, seguro que pensó. Yo me subí el pantalón y me encendí otro cigarrillo, orgulloso del polvazo. El quiso correrse pero no le dejé.
Ahora a limpiar, cabrón. ¡Y no te dejes nada sucio porque te vas a enterar!
El ni rechistó. Sacó de su mochila el antifaz de las fotos y se lo colocó. Yo fui al vestidor y le coloqué un corsé que tenía de mi época drag y un delantal que ya había seleccionado el día anterior mientras hacía los preparativos.
Me tumbé en el sofá, a ver un poco de tele para relajarme (más) después de tal follada y él se fue a la cocina. Quería (debía) empezar por allí. Era curioso que apenas hablaba. Su mirada y el suelo se complementaban muy bien. Media hora después se acercó a la habitación, cabizbajo y pálido, para decirme que había reventado el corsé. Habían pasado muchos años desde que yo no lo usaba... Le recibí con una hostía que el secundó con un gemido y un minúsculo ay.
- Bueno, no pasa nada. Te doy permiso para que te lo quites.
- Ok señor- respondió él.
Ya casi se iba a continuar con “sus labores” cuando, esta vez mirándome a los ojos me dijo:
-¿Y esta vez, por ser la primera cuanto me vas a cobrar?
No podía creer lo que estaba escuchando. Sin quererlo ni buscarlo estaba metido en medio de una chapa donde él me pagaría (encima) por dejarme el piso pulcro. Era un tanto subrealista la situación e intenté que mi cara no reflejara el bloqueo mental que tenía en ese momento. Yo no daba crédito.
50 euros.
¿Solo?- dijo “por lo bajini”.
Por ser hoy la primera vez está bien así... Ya veré como dejas el piso hoy y si no estoy contento subiré la tarifa la próxima vez. No lo dudes.
Si señor. ¿Puedo seguir con la limpieza?- dijo de soslayo, sin regalarme una mirada. Con lo que a mi me gusta una mirada...
Ya estás tardando- Y le di un cachete en el culo que hasta a mi me dolió.
Estaré hasta las 9. ¿Esta bien? -Me dijo ya de espaldas. De su culete aún colgaba un hilo de semen que hasta le quedaba bien.
Perfecto. ¡Anda tira!- le ordené con cara de pocos amigos. Y con el bote de lejía en la mano y un paño se fue hacia la cocina a seguir con su misión.
Yo estaba en lo mío, intentando digerir el hecho de que le iba a cobrar, que había hecho un buen trueque y que había sido una suerte enorme haberme aburrido de las páginas de contacto y aterrizar, con el piso hecho un asco, en tueslavo.es.

Así pasaron las horas, yo tumbado como El Rey del Mambo, él pegándose un curro que no veas pero feliz. Hasta que a las 8 menos cuarto, cuando él terminaba de hacer mi habitación, cansado de no hacer nada yo me acerqué hasta él y le susurré.
-Por hoy ya está bien.
El miró el reloj de pared que había encima de la cama.
-Aun faltan quince minutos- me increpó casi enfadado.
-¡Pues hala, metete en el baño entonces y acábalo que aun esta hecho una mierda!
Y allí fue. Yo detrás, con la cámara de video. Quería tener un recuerdo y una prueba fehaciente para cuando se lo contara a mis amigos porque estaba segurísimo que no se lo iban a creer.
¿Te importa que te grabe?
Haz lo que quieras conmigo. Y si quieres colgarlo en internet a mi no me importa. Usted manda, amo.
Ok. Y apreté el on con media sonrisilla picarona.


Quince minutos después, y con el piso como los chorros del oro me estaba despidiendo de él. En cierta medida también tenía ganas de acabar ya la representación teatral de casi toda una tarde. El se vistió, me dio 50 € y marchó cabizbajo, melancólico, abatido, fugaz. Esperé que pasaran unos pocos minutos y le mandé el siguiente mensaje:
hay k ver cómo me has dejado l piso, han faltado cosas x limpiar.
(A veces mentir me da bien.) El no tardó en responder.
Lo siento amo, la próxima vez lo haré mejor.
Eso spero, y cuenta cn k la próxima vez será muy pronto y k te cobraré + xk no stoy conforme cn lo k has hecho, perro.
No hay problemas. A sus órdenes. Y no me llames perro, amo. Llámame chacha.

Tras recibir este mensaje apagué mi teléfono móvil y me sonreí. Era demasiado para un sólo día. Me puse a disfrutar de mi piso haciéndome una buena cena, volviendo a la realidad de mi personaje y con los 50 euros me he hecho socio plus de tuesclavo.es. En dos días volverá a casa. Ya tengo el modelito preparado. Voy de lederón cabrón. Y hasta un amigo me ha dejado un látigo y un arnés para su boca. Por cierto, mis incrédulos amigos, al ver el video, no hacen más que pedirme encarecidamente su teléfono. Vienen continuamente a mi piso desde que está mas limpio, supongo que porque están más cómodos ahora en él. ¿O quizás es por su teléfono? No lo sé. En cualquier caso yo no se lo doy. Mi casa y sus rincones se enfadarían conmigo. Yo sería el de antes, y eso ya no me mola.
Su teléfono, desde el día en que él/ella me abofeteó las pupilas apareciendo y haciéndose real se ha convertido en mi número favorito, mi salón de juegos, mi fusta, mi mistol, mi tesoro... y no paro de hacer fiestas en casa para dejarla bien sucia y hacerlo aparecer.
Y ahora: ¿quién es el amo?




JAVIER BRAVO.
Barcelona, 7 de abril de 2010.

"CON TEMA O SIN ÉL"



(dos blancas versiones)

A


Con tema o sin él traficaré en su pecho
y entre su vello inerte yo me colocaré.
Le secaré los jugos que insaciable destila,
recogeré cogollos del sexo que me da,
no habrán más papelinas que las de sus cosquillas
y cuando el orgasmo
cual fiel contorsionista
penetre entre los poros que aderezan mi piel
será protagonista del vuelo el artista
que se droga del acto
cabalgando sin red,
deletreando sus ojos (porque en ellos hay tema),
partiéndome en mitades
y ansiando recaer.


B



Viajar de esta manera con tema, y contigo,
es como en globo de helio planear sobre el placer.
Las líneas y el espejo donde ellas se miran,
esa sed de tu boca,
la boca de tu sed
me dan una inquietud con semblante de “mono”,
irremediablemente es muy fácil caer.
Pero si en un momento
por aquí no estuvieras
violando mis reflejos
yo te echaría en falta y no podría dormir;
mas se que te tendría, carero y adictivo,
cada vez que de blanco maquille mi nariz.
Inhalaré profundo sabiendo que estás lejos
buscaré entre recuerdos
y cercano a una roca te encontraré, excitado,
tirado en mi garganta,
durmiéndome la boca,
jugando con mis dedos
y pidiéndome
más.




JAVIER BRAVO.
Barcelona, 9 de abril de 2010.

"CON DOS CONDONES"



Ellos siempre estuvieron en la cartera de Juan hasta aquella tarde en que su portador fue como cada viernes a hacer la rutinaria compra. Esta vez no iría al Día de la esquina. Optaba por el Mercadona de Avenida de Roma, un poco más lejos pero mejor surtido y con precios de escándalo. Se acercaba un fin de semana que deseaba tranquilo, se asomaba el buen tiempo y nada le apetecía más que quedarse en casa, acompañadamente sólo, viendo pelis, disfrutando de su hogar y con la nevera llena.
Desde que Juan entró con su carrito al popular supermercado le echó el ojo a un cajero que se lo merendaba con la vista. Jordi se llamaba. Lo supo porque lo leyó en el pin de su camisa. Juan se hizo el interesante sin dejar de mirar y fue a perderse entre frutas y verduras. De vez en cuando pasaba por caja mientras el habitante que la habitaba le devolvía la mirada.
A esas alturas Juan tuvo dos cosas claras: que volvería a ese Mercadona más a menudo y en que caja siempre iría a parar.
Y así fue. Con la compra ya hecha, mareado y nervioso a la par que curioso se acercó donde estaba Jordi, sentado y babeando. Al llegar su turno ambos se dijeron un hola meloso y comenzó el apuesto cajero a pasar los productos por la máquina de los pitidos. En cada pitido flirteante Juan pensaba “te comería entero”, “te llenaba de nata”, “ te sacaría el zumo”, “me quedaría frito contigo”. La gran suerte era que los pitidos sonaban alto porque si así no fuera estoy seguro que las personas del super escucharían lo que cochinamente pensaba Juan, de tan fuerte que lo pensaba. Una vez pasados todos los productos fue a pagar, y al sacar la cartera del bolsillo trasero del pantalón, los verdaderos protagonistas de esta historia cayeron al suelo.
Juan se sonrojó, supongo que por vergüenza. Y Jordi se sonrojó más cuando se percató que lo que había salido disparado del bolsillo no habían sido nada menos que dos condones. El primero y dueño de tan sugerentes tentaciones se agacho a recogerlos y los apretó contra su mano, ruborizado. Guardó la comida en bolsas como un rayo e intencionadamente dejó olvidado los profilácticos sobre el mostrador, mostrándoselos a Jordi que se dio cuenta y los guardó.
Juan se fue canturreando, valiente y altanero, maquinando una estrategia.

Dos horas y media después, cuando faltaban cinco minutos para cerrar el Mercadona apareció Juan con dos c... quedándose en la calle, frente al puesto de Jordi, que al verlo hizo la caja más rápido que nunca. Salió disparado una vez plegó y le estrechó su mano. Juan se la cogió un buen rato y le explicó que había regresado para recoger algo que había extraviado. Jordi sacó los condones del bolsillo de su camisa y le dijo “¿esto?”. A lo que el otro respondió un sí pálido y no muy convincente. Jordi los depositó en su mano que aun apretujaba él respondiéndole un “y ahora qué?”. “Vivo cerca, si quieres te invito a una copa de vino en casa”. “Buen plan, me punto”. Y se apuntó.
Allá fueron, descubriéndose y explorándose, hablando de todo un poco, comenzando por el tiempo que ya era una maravilla hasta de lo bonita y canalla que se pone Barcelona cuando es acariciada por unos rayos de sol. Llegaron a casa y tras cerrar la puerta se engancharon en un morreo interminable y glutinoso, como cuando no te quieres desatar de alguien. El morreo fue el preámbulo de encontrarse desnudos y regalándose un buen revolcón de primavera, ya que la sangre altera.
Y llegó la penetración. Jugarían al “yo a ti y tu a mi” cual perfectos versátiles. Jordi sería el primero en poner el... deseo. Juan sacó del bolsillo los condones caídos antes en el super y los puso cerca de él. Sonrió al darse cuenta de lo predecesor de la historia y que fueran esos mismos preservativos quienes los iban a juntar esperando ambos que lubricadamente fuera para siempre.
Retozaron, se volvieron locos, se cataron, acabaron la nata comprada, sudores como zumo, se comieron enteros de arriba a abajo y de pe a pa, y llenaron a los protagonistas de esta historia de un líquido blanco y viscoso parecido a la pasión.
Dejaban, pues, a esta historia sin protas para convertirse ellos en las estrellas de ésta su historia. Cuando acabaron, fritos, se quedaron mirando fijamente sin saber qué hacer. Jordi, el cajero, pensó en que quizás no le volvería a ver a la vez que Juan pensaba lo mismo y comenzaba a vestirse. Odiaba las despedidas. Pensó en voz alta: “Mañana regresaré al Mercadona a buscar lo que he olvidado”. “Pensaba que eran los condones. O es que te dejaste algo más”. Juan respondió poniéndose la chaqueta, metiendo la mano en el bolsillo y sacando de ella una bolsa llena de los clonados profilácticos. “Mira cuántos tengo para perderlos por ti”.
Y se fue canturreando, valiente y altanero, maquinando otra estrategia.




JAVIER BRAVO.
Barcelona, 11 de abril de 2010.

jueves, 8 de abril de 2010

"¿PRELIMINARES?"


¿Dónde quedó el querer robar un beso
jugando a las caricias, y en carrusel
poder pasearme por una nueva piel,
encontrar en el sexo un nuevo acceso?

¿Dónde están los azotes, los abrazos,
el ser un Sherlock Holmes, un callejón,
un susurro o intento de aproximación,
el perseguir de incógnito unos pasos?

La culpa es de internet y de este tiempo
de facilona y ágil eyaculación.
Nos exilia del pre calentamiento

y carentes de todo sentimiento
vamos en cuatro patas hasta la acción
obviando el mejor lujo de este invento.




JAVIER BRAVO.
Barcelona, 25 de marzo de 2010.

viernes, 26 de marzo de 2010

"POR NO ESTAR"


Por estar trabajando te miré de costado,
como buen porn star un punto me sumé
pero me volví humano al apagar la cámara
empecé a recordarte y me hasta me ilusioné.

Por no estar a la altura del faro de tus ojos
fui escalando hasta ellos, luego me suicidé.
Y hoy se cierran los míos, antídoto perdido.
Pensaba en nuestro físico, en compartir un “set”.

Por no estar a tu lado te regalé un misterio
sin caja almidonada y te escondí mi piel
para que me buscaras las cosquillas, los “tatus”
y aun espero, escondido, tu viagra del querer.

Y por no estar de humor al haberte perdido
quise suplir tu torso por otros de papel,
y volvía a tu pecho que siempre recordaba
huzmeando en los rodajes donde me acurruqué.

Por no estar muy caníbal me albergué en el invierno,
me perdía así el calor donde hervía tu sed.
Como un pron star me hacía protagonista
de una película equis cual guión rechacé.

Por no estar contigo hoy soy bien conocido,
me persiguen las “flashes”, autógrafos,“premiere”,
le sonrío a mis fans, el llanto en el bolsillo
posando entre la pena, y te busco con fé.

Quien dice que un porn star tiene el mundo a sus pies
no sabe lo que dice, no ha estado por aquí.
Voy caliente a la cita que tengo con mi vida
y ella, tan juguetona, me esconde el “partener”.



JAVIER BRAVO.
Barcelona, 23 de marzo de 2010.

photo by Jalif Studio.

viernes, 19 de marzo de 2010

"POLVO SIN RIMAS"


Tanto tiempo queriendo encontrarnos
sin encontrar un tiempo
que al final el tiempo mismo nos encontró
y te encontré mas hecho,
con años en tus canas
de los que quise salvarte
y
saldar aquella cuenta
que un día nos enredamos,
desenredándonos.
Quizás fue el nerviosismo,
habitar un pedestal antes de tener reino
quien convirtió en insulsa
toda caricia tuya,
tartamudos los besos no podían quitar
la humedad resentida de mis hambrientos poros.
Tu piel no era el recreo donde me imaginé.
Y de pronto me vi sin rimas para darte
quedándose mi gula sin tu degustación,
insípido,
atascado,
moría tu poderío
en un mar turbulento,
laguna inexplicable enfriando el sudor.
Convertimos el sexo que tanto prometimos
en contar los minutos
y parar de contar.
Cierto es que mis caderas
también quedaron lelas al ver que
te quedabas
hierático,
absorto,
echándote la bronca en silencio: furor,
intentando explicar el fallo en nuestros fuelles,
aquel frío en la sangre
que paró de bombear.
Y anudé la impotencia a mi boca marchita
que chorreaba en deseos de
explicarte
el amor.
Busqué una escusa en rima para aquel mal momento
solo hallando fonemas
que anudaban mi lengua
sin poder explayar
esas ganas de rima que tenía contigo.
Los agentes externos
hacían su cometido perdiéndonos de vista,
dejándonos perder.
Son cosas de la vida,
me dije cabizbajo
y ya
no alcé la vista
hasta este momento
en que viendo tus fotos me comienzo a empalmar.
Volveré a usar la rima
con la que te arrimabas.
A veces la ficción vence a la realidad.




JAVIER BRAVO.
Barcelona, 19 de marzo de 2010.

"CLAVOS"


pour toi.




Ayer.

Ellos se encontraron en el Lokotron. Uno de aquellos domingos llenos de testosterona y buena música en los que cazar se hacía tarea difícil. Importaba más los temazos, el ambiente, el colocón. Ellos se cazaron, y recuerdan que fue una bonita noche, aullidos de altos decibelios macerados con sustancias ilegales y la mejor compañía acompañando tantos subidones por segundo. Se gustaron, bailaba la química entre ellos, y también les gustaba la idea de seguir viéndose. Cosa que hicieron. Cosa de la que salió una bonita historia que comenzaba con el mejor principio nunca imaginado: bailar pegados. Luego llegaron tardes de domingos abrazados, rodajes con la Karla Glamour en algún chill out, las ocurrencias de los amigos, porros necesarios, paseos con la perra de uno de ellos que ya casi era de los dos.
Todo era perfecto menos el momento en el que se tumbaban a la cama queriéndose desfogar. Siempre se encontraban queriendo lo mismo, explorar aquella zona donde acaba la espalda, parte del cuerpo de la que ninguno de los dos eran devotos de tanto magreo. En ese momento la historia algo se desvanecía. Y es cierto que hacían otras cosas, y aquello que hacían lo disfrutaban al máximo. Pero algo faltaba. Eran buenos sus polvos, pero siempre aparecía la espinita des-clavada y llegaban a la historia síntomas de cierta melancolía, llamadlo carencia, llamadlo cerrados...
El tiempo pasó por ellos. Su carencia hizo mella y aunque era bonita su aventura de pronto se enfrió, encontrándose ambos con respectivas parejas donde la penetración era parte importante (y tangible). Eran felices. Y se olvidaron, aunque no del todo. Cada vez que se veían en el Love Ball, de fiesta o por el barrio el corazón les daba un vuelco. Pero ya eran corazones ocupados.




Hoy.

Esta mañana, como de costumbre, me he asomado al facebook casi sin abrir los ojos. Y cuál es mi sorpresa cuando veo la noticia de que Ivan lo ha dejado con su chico. Mi primera reacción ha sido triste. No me son agradables las rupturas. Luego me metí en su perfil y recordé lo bello que era allá por esa época del Lokotron, cuando tuvimos nuestro affaire. Belleza que aún conservaba junto a su actitud.
Le he mandado un mensaje para saber cómo estaba y para tenderle mi mano, miembro que ya le ofrecí en su día, cuando nos convertimos en amantes inseparables.
Las horas pasean lentas sin noticias de él y casi ya me sé su perfil de memoria. Quería saber como estaba? ¿Cómo le había tratado la vida? Quería verlo... Y no fue hasta cerca de las 11 de la noche que finalmente obtuve noticias de él. Me decía que estaba bien, que era un trago amargo pero podía con ello. También me preguntaba por mi chico.
No pude ver su cara pero si intuí en sus letras cierta tristeza cuando le dije que lo habíamos dejado hace muy poco tiempo. Seguro que tenía la misma sonrisilla que yo cuando me enteré de lo suyo, y seguro que ya comenzaba a estudiarse mi perfil. Eso nunca lo sabré, aunque nada me cuesta imaginármelo.
Lo que si sé es que me respondió con un jejejeje, tenemos algo pendiente tu y yo. Y ahora estoy preparado. Jejeje...
De mis nervios por tocar cualquier tecla y responderle raudo y veloz apagué el ordenador sin querer. Y una vez encendido, y vuelta a su camelo, le dije que por mí cuando quisiera, que si estaba preparado ya era una grata noticia, la mejor, y me volví a recordar lo burro que me ponía, desde siempre. Nuestra historia inacabada ahora podía penetrar.
- Es nuestro momento. Dijimos los dos a la misma vez aunque a muchos kilómetros de distancia.
El tecleó: mañana a las 5, en tu casa?
Yo le respondí un si empalmado, rotundo, con mayúsculas.
Le pasé la dirección en privado e intenté dormir. Su rostro quería apoderarse de mi sueño. A pesar de lo mucho que me gustaba no le dejé.




Mañana.

El futuro es hoy.
Me levantaré temprano, siempre sobre las 9: 30. No beberé café porque no se lleva muy bien con mis nervios y me iré volando al gimnasio, a ponerme guapo para él. No tengo mucho tiempo. El ha cambiado su foto de perfil. Esta vez ha puesto una en la que está sonriendo. Yo en cambio seguiré manteniendo la de ayer. Ayer ya sonreía. He sacado del descongelador una pechuga de pollo y algo de verdura. Quiero comer bien para la que me espera. El mundo se me detendrá a las 5 de la tarde y a esa misma hora seguiremos el rumbo de nuestra historia aparcada. Me ducharé en casa, después de exfoliarme la cara y asesinar mis puntos negros con una mascarilla de aguacate. La casa esta recogida, la música seleccionada, mi barba esperándole...
Puede que ni vaya al gym. En días así a veces es conveniente tener la mente relajada hasta que llegue el momento de su entrada en escena. La mente lo agradece y el resultado es mejor.
Los condones, encima de la mesillla de noche, también esperan lubricadamente agitados las 5 de la tarde, hora del pistoletazo de salida. Esta vez serán usados, abiertos, y por eso sonríen al lado del poppers, sobre el libro de Benedetti y el cookring de metal.
Lo que si sé es que le daré las gracias por haber aparecido en este momento en el que mi piel amaderada y vetada necesitaba de algún clavo conocido. Un clavo saca a otro clavo según dicen. A los dos nos viene bien. Y sabiendo esto me curraré un buen polvo de principio a fin, me columpiaré en sus piercings, emularemos al Kamasutra, seguro, clavándonos vida y quitándole clavos a nuestra crucificción. El está preparado, y yo también.
Con un poco de suerte no querrá irse de casa, auparemos el ánimo a base de martillazos, nos reiremos, bailaremos pegados y echaremos de menos, sin duda, el Lokotron.



JAVIER BRAVO.
Barcelona, 17 de marzo de 2010.

photo by Brouni.
Models: Luizo Vega/ Jusús Lucia.

"BE(S.O.S.)"



Esto es un llamamiento a esos besos que mojan,
que alertando la piel
se visten de humedad,
para esta boca náufraga pirata de una lágrima
que pide encarecida
saborear la saliva de un corsario sediento
que llegue, al abordaje,
a robar el botín de mis labios resecos
que guardan ciertos mares para su redención.


(Enséñame a besar justo como tú besas,
provoca una tormenta,
rescata a estas palabras
y en cambio te daré el cielo de mi boca,
una sonrisa líquida,
el socorro en mis labios,
toda mi libertad.)


Serán remunerados, muy bien recompensados.
Y una vez bien hallados, comisuras atadas,
volcaré al denso océano
mi llamada de auxilio
mojando,
como un buen beso,
esta necesidad.




JAVIER BRAVO.
Barcelona, 16 de marzo de 2010.

lunes, 15 de marzo de 2010

"A UNA BARBA DE TRES DÍAS"


A una barba de tres días le dedico este tiempo
ya que me roba el tiempo desde hace un tiempo atrás.
Me araña en un gemido,
se coteja a mis labios,
a veces es cosquilla,
otras anfetamina
pero siempre es imán.
Su dueño es un osezno que penetra en mi cueva
dejando una secuela
y además de un buen porte
bien la sabe bien llevar.
Ella sabe que duele,
que me pincha la vida
siendo el bosque más tórrido que he podido catar.
Ella es la causante
del vello de mi pecho,
que hoy quiera lucir canas ancladas a su voz.
Por eso le dedico este tiempo peludo,
mi fogosa perilla,
proyectos de patillas que patinan y animan
a mis poros más tercos
a una revolución.
Ella es el motivo, con solo sus tres días,
de que una primavera
sea acicale en mi pecho
con viril armonía,
en diciembre y con sol.
Por eso me he enganchado a esta barba bravía,
por todo lo que abriga,
por todo lo que esconde,
por ese encontronazo cuando se acerca,
siempre,
suntuosa y presumida,
a follarme mi tiempo desde hace un tiempo atrás.


JAVIER BRAVO.
Barcelona, 4 de febrero de 2010.

viernes, 5 de marzo de 2010

"PERRITOS CALIENTES"



Era una noche de esas de hambre y de jauría que la luna es lujuria, embarazada y única y se cuela en tu piel sin dejar de maullar. Ellos dos se encontraron compartiendo perfiles. Los chats echaban fuego y la ciudad también a pesar de la nieve y el frío de un enero que obligaba a ellos dos, debajo de sus mantas, a desfogar su celo y a darse de comer. Se hallaron compatibles compartiendo unas risas; y unas húmedas ganas, largas como unas garras les arañó el deseo y quisieron quedar.
Pero tan remolones y tan perros se hallaron, que ninguno de los dos se movió de su umbral. Les pudo la vagancia, el “mejor vienes tú” y en esa cantinela la noche se hizo un disfraz. Se rompía la luna que no tenía frío. Decepcionada y sola siguió con su brillar y los halló excitados quedándose rendidos, también arrepentidos. La duda en el sofá. Y es que no es comparable (en noches tan fogosas) una buena compañía que dome tus aullidos con mirar las películas que tienes aprendidas y buscarte el placer de forma artesanal.
Y soñaron los dos, cual perritos calientes, en una noche hambrienta, caníbales y putas, en la que se encontraban el ketchup y la mostaza y pringaban con salsa las migas de su pan.




JAVIER BRAVO.
Barcelona, 26 de febrero de 2010

"TODO INCLUÍDO"



para Jacko.



Después de haberse recorrido casi media Barcelona buscando una habitación decente finalmente Carlos encontró el aposento que necesitaba. Fue en aquel piso de la Calle Aragón que ya habitaban Jhon y Edu. Un hogar donde la comunicación y el buen rollo se llevaban bien ya que la amistad que les unía aun florecía desde hace varios años.
Carlos lo encontró por pura casualidad una mañana que iba paseando por esa escandalosa calle y vio el anuncio en un mural de un moderno café donde se dejó caer a reponer fuerzas.

SE BUSCA CHICO GAY PARA COMPARTIR PISO. HABITACIÓN ESPACIOSA, LUMINOSA, WI-FI. 375 € TODO INCLUÍDO.

No tardó en apuntar el teléfono, respirar hondo, cruzar los dedos y llamar cuando estuviera menos nervioso. Necesitaba estacionarse ya en un sitio. Desde que había llegado de Colombia, donde había nacido hacía 21 otoños, no hacía más que ir dando tumbos entre las casas de los amigos de sus padres que de jóvenes habían estudiado aquí.
Llegó la tarde (con un sobresalto en el pecho) y llamó. Llamó (con cierto temblor en sus dedos) y le respondieron. Le dijeron que sí y (sin apenas creérselo) se mudó. Se mudó y sonrió. Sonreía porque acababa de independizarse de las cuerdas de sus padres y estando lejos de ellos podría manejar su vida a sus anchas, hacer visibles sueños que tenía estacionados. La Calle Aragón le recibió engalanada y apetitosa. Sus nuevos compañeros de piso le comenzaron a llamar ( a escondidas): la gula de Aragón. Tenía hambre de todo.
La convivencia estaba siendo cordial, educada, políticamente correcta hasta aquella noche de viernes en que Jhon se fue de marcha y al quedarse sólo en el piso con Edu se acercó a la entreabierta puerta de la habitación (semioscura)de éste e introduciendo la cabeza en un ajeno territorio le sollozó le dijo.
estas dormido?
No. Respondió el precioso Edu que intentaba leer con la mísera ayuda de la luz de una lámpara y que dibujaba en su piel seis abdominales muy bien definidos. Gula.
Me puedes hacer un favor?
Si, dime.
El problema es que estoy muy cachondo y necesito saber si me podrías echar una mano.
Edu se quedó blanco. Patidifuso. No sabía cómo reaccionar ante la frescura del colombianito. Y pensó para sus adentros: joder, ¿cómo viene la nueva generación?.
Titubeo, tartamudeo, se hizo un lío y hasta se erizó. Muy decidido lanzó entre la oscuridad y la rabia:
Lo siento. Estoy enamorado.
¿Pero de verdad?
Ja. Sólo salieron estas dos letras de la boca de Edu acompañadas de una mueca con subtítulos: déjame en paz.
Ah. Lo siento.
Edu intuyó que Carlos se marcharía lleno de vergüenza al percibir que su silueta comenzaba a desaparecer. Pero de pronto la silueta alcanzó (de nuevo) la puerta. Carlos se apoderó del marco y le increpó:
¿Y sabes si Jhon tardará?
No lo sé la verdad.
¿Sabes tu si él es activo o pasivo?
Pregúntaselo a él cuando vuelva, Carlos.
La severidad de la respuesta de Edu hizo que Carlos diera media vuelta y se encerrara en su caliente habitación sabiendo que estaba metiendo la pata hasta el fondo .A la vez, Edu cerró la suya sutilmente aunque cabreado porque lo habían desprendido de su lectura, de un mundo de naves espaciales y monstruos donde estaba comenzando a aterrizar, y de forma gratuita.
Después de este incidente la situación en aquel piso de la Calle Aragón se volvió un poco tensa. De hecho Carlos vuelve a buscar habitación. Y esta vez lo hace con una lección aprendida. En los anuncios, cuando lee que todo está incluido, no se lo cree. No todo está incluido.
Edu y Jhon siguen siendo los de antes y están pensando en cómo redactar el siguiente anuncio para cuando Carlos se marche. Creen que ya lo tienen:

SE BUSCA CHICO GAY , ACTIVO, MADURO Y AUEBLADO PARA COMPARTIR PISO.
HABITACIÓN ESPACIOSA, LUMINOSA, SIN AMUEBLAR, WI-FI. 300 € TODO INCLUÍDO.

Era sólo cuestión de hablarlo.



JAVIER BRAVO.
Barcelona, 25 de febrero de 2010.

"ALTOS VUELOS"


En boca de Albert.




Es sexo es el volar
hacia otro continente.
A respuestas mojadas
hacerlas levitar.
Hoy seré tu azafato.
Susurraré a tu oído salidas de emergencia,
enseñaré a tu boca cómo salvar mi boca,
atando el cinturón te dejarás guiar.
Son los preparativos para “la escapatoria”
que empieza con tus vellos y mis valles de punta,
pastilla de los nervios,
suspiro al despegar.
Luego en un cosquilleo
la adrenalina es hélice,
se encienden los motores,
entre espasmos y vértigo se aleja la ciudad.
Mi piel ahora es tu radio, tu torre de control,
por donde se deslizan tus deltas de sudor.
Sobrevuelas entonces las nubes de mi cuerpo,
nuestros ojos se abrazan de tan cerca que están.
Turbinas encendidas caldeando el movimiento
y te preparan, lento, y a tu paracaídas
para un brutal descenso
que ama las turbulencias,
que te hará retumbar.
Y una vez en la tierra
recoges tu equipaje oliendo aun a sexo,
guardas bien el pasaje que huele a talismán,
respiras aliviado,
el sudor te delata,
se nos cierran las alas
y yo te doy las gracias por ser buen pasajero,
por sentarte a mi lado y por saber planear.

Para que este trayecto sea de altos vuelos
lo más importante: un buen aterrizar.
Un masaje a dos manos
por todo tu aereopuerto
es la mejor manera
de acabar un principio,
de no obviar los aviones,
y que en primera clase
tú quieras regresar.


JAVIER BRAVO.
Barcelona, 7 de febrero de 2010.

miércoles, 17 de febrero de 2010

"DOS ROMBOS"




1.

Corría la soledad por noviembre cuando se tropezó con El.
Desde que lo había dejado con Ricardo, su novio de nueve años, aquel Madrid canalla se le había vuelto gris. Nada tenía que ver con aquella ciudad que descubrió por amor y que ahora le devoraba entero. Cada acera le recordaba fotogramas del pasado; las caricias robadas en los semáforos, las excursiones a la Gran Vía solamente para ver a los transeúntes y, con una bolsa de pipas, dejarse dopar por la prisa de la gente, por el caos y la mezcla de perfume y hachís.
Estaba hundido. Tenía que cambiar de chip. Ricardo ya se había ido, y ahora le tocaba seguir batallando con si vida, sólo, como cuando no creía en el amor. Era una tarea dura pero El sabía que tenía que salir de tal bache. Estaba cerca de rozar una depresión y no podía correr ese riesgo.
Con su mejor actitud se vistió de sonrisa esa mañana y salió a patear la ciudad, a recorrer las mismas calles de siempre, las de los recuerdos, pero esta vez con su pensamiento en blanco. Era una terapia necesaria, a la vez que enriquecedora porque descubría que su ex le estaba ocultando cosas de la urbe. Sin Ricardo encontró museos, el Lavapiés más kinky, el sex shop de Callao, el Palacio de Cristal...
Ricardo le absorbía.
Iba por la Plaza Vázquez de Mella aquella mañana (y en las nubes) cuando casi es atropellado por una bicicleta. Al incorporarse y componerse se topó en sus narices con colorido cartel.
4 EVER. -leyó dentro de su asombro por la singularidad del 4 (four).
Luego se percató que estaba delante de una semioscura y pequeña tienda de tatuajes que presumía de esquina.
Siempre he querido uno, pensó.
Y sin pensarlo entró.



2.


“4 EVER· estaba aparentemente cerrada aquella mañana. Cristo, la rubia tatuadora y dueña de la tienda, estaba en Florida recibiendo un curso de tres meses, y había dejado al cargo de la tienda a Marc, su ayudante, que esa mañana hacía un inventario.
_ Hola
- Hola- contestó el chulazo de Marc saliendo entre penumbras.
- He venido para informarme. Quiero hacerme un tatu, aunque aun no sé qué. Tienes libros de dibujos.
-Of course- respondió el “Memento” sin dedicarle ni una mirada.
A Marc no le cabía un tatuaje más en su esculpido cuerpo. Poseía una boca digna de un nativo de Senegal, y a pesar de ser invierno en aquella capital lucía unas bermudas bien justas que le hacían marcar todo el paquete. El mismo bulto que necesitaba El meterse en la boca para olvidar al omnipresente Ricardo.
Aunque el tatuador no fuera para nada de su gusto le atraía lo que abultaba en su entrepierna. Eran tiempos de cambios y El necesitaba un buen polvo para salir del holocausto y olvidarse tanta tontería. Un restregón viniera de donde viniera
Parecía muy ocupado Marc transportando cajas. Pero aun así se acerco y le dejó tres libros, gordos, con el mismo grosor de que ansiaba El meterse en la boca . Al dejarle los libros sin querer (¿?) Marc rozó su polla con la rodilla del otro, nuestro protagonista, que estaba sentado. Era rabaco, caliente, gordo, afín a sus gustos. Y El, de imaginación potente acto seguido e insofacto se empalmó. Siempre que se empalmaba se ponía muy colorado. Y ya comenzaba a ser un tomate. Marc se dio cuenta. Ya no parecía tan ocupado, porque en cuanto vio cómo crecía el pantalón de El cerró la tienda, interesado y directo.
- Sabes ya lo que quieres? Y en que zona?
El no sabía nada, sólo que su polla dura era más que evidente y que tenía unas ganas locas de lamer de arriba a abajo a ese tío, perfectamente feo según El. Nunca le habían gustado los chicos excesivamente guapos. Marc lo era..
- Si, creo que este de “CARPE DIEM”... aunque no me gustan mucho estas letras. Y puede que me lo haga encima del corazón.
Buen tatu tio, me gusta- reprobó Marc mientas le levantaba la camiseta con una media sonrisa húmeda. Y buen pecho además.-añadió, esta con una sonrisa total.
Cuando El quiso darle las gracias ya no tenía camiseta y sus labios estaban poseídos por las babas de Marc. Era una fiera. Eran unas fieras. Las bestias que llevaban dentro hacían su entrada y se conocían. Se desabrocharon los pantalones con una velocidad pasmosa, entre gruñidos y escupitajos para luego encontrarse cara a cara con sus sendos pollones. Aquello era el acabose. Menuda lucha de titanes Y haciendo un 69 encima de la mesa de dibujar de Cristo comenzaron a comérselo todo, recreándose primero en los huevos, luego las axilas, más tarde el líquido pre-seminal. En conclusión: todo.
Viendo en lo que se había convertido la mañana (y la tienda) Marc decidió echar el cerrojo y trasladar el chiringuito hasta el baño. Y allí fueron, con los pantalones a media pierna y las piedras que tenían como pollas al frente, en alto, y ligeramente curvadas. Marc encendió la luz. Él la apagó. Y en esa oda a la oscuridad el culo de El se encontró (intencionadamente creo) con el faro/falo de Marc que ya lucía un lubricado condón que engalanó con una capa de saliva. No hicieron más que apoyarse el uno en el otro y balancearse de alante hacía atrás para que aquel estudio de tatuajes se convirtiera en una sucesión de gritos que disimuló el tatuador encendiendo la radio, pegados como lapas, sin quererse escapar.
Y estuvieron horas en ese balanceo, ese dale que te pego, esa necesidad vital, recorriendo cada esquina del estudio y columpiándose en un sinfín de posiciones donde todo cabía, nada sobraba y todo se llenaba. Marc se había olvidado de su inventario y el fantasma de Ricardo se había olvidado de El. Al menos por un momento.
Se corrieron una hora y media después encima de un dragón que estaba a medio terminar. Ya dibujaría otro. Ahora era un dragón con llamas de semen, caliente, en una papelera, acabadito de morir. No importaba. Lo realmente importante era que ambos acababan regalarse uno de los mejores polvos de sendas vidas. Carpe Diem.
-Entonces -dijo Marc- recomponiéndose, pero aun con la polla morcillona- Quieres que te busque unas letras chulas?
El titubeó.
- Mmmmmm... Es que he cambiado de opinión tio. Mientras me follabas he pensado en hacerme dos rombos encima del coxis. ¿Que te parece?
- Guay- dijo Marc... se puede poner lo de Carpe Diem en un costado, en pequeño y en cursiva. Puede quedar chulo. Te haré un dibujo
- Si, me gusta. Cuando puedo pasarme?- Marc estaba sudado y El comenzaba a ponerse rojo otra vez, esta vez porque entró por un tatuaje y saldría con dos...O tres.
- La próxima semana ya te lo tendré, pásate cuando quieras.
- ¡Hecho! Y salió antes de que su rabo le jugara otra buenísima mala pasada.
- Espera que te tomo los datos... le lanzó Marc.
- Si. Soy Victor. Encantado, por cierto...- y le mostró sus dientes en una sonrisa picarona.
- Encantado Victor- y acercándose de nuevo le besó.


3.

Y le volvió a salir el color a aquel Madrid. Victor decidía atreverse a probar cosas nuevas. Una de ellas era Marc (de vez en cuando si este accedía), otra tatuarse dos rombos de los cuales sólo él y su ya tatuador favorito sabrían el verdadero significado de dicha marca. Estaba abierto a que Marc le tocara la piel. E incluso a él.
Comenzaba a olvidar a Ricardo.
Después de mucho tiempo sin fumar se encendió un cigarrillo, y lo disfrutó tanto que casi pierde una uña.
La siguiente semana estuvo todas las tardes rondando el 4 EVER para ver si veía a Marc, fumando como un carretero, buscando un improvisado encuentro, un encontronazo que le impulsara hacia otro revolcón.
Tropezaron muchas veces. Y casi siempre acababan arrinconados en cuerpo del otro, sin compromiso alguno. Era la primera vez para Victor que tenía una bonita y sana relación sin un lazo afectivo que fuera sólo el sexo. Estaba creciendo, aunque quedaba mucho por escalar.
Con el tiempo Victor ha aprendido a ver el Madrid de antes, con matices. Sigue en las nubes con casi media vida tatuada en la dermis. De vez en cuando se le ve rondando la esquina del 4 EVER esperando a que Marc, algo ya más gordo y rapado, termine de trabajar para chocar con él y saborear las calles de “los madriles” con sus risas y tapeo.
Siempre que se topan terminan revolcándose, degustando los nuevos tatuajes, lamiéndolos y haciéndose escarificaciones con saliva, en letra Arial de tamaño 18.
- Esos dos rombos que tienes sobre el culete somos tu y yo queriéndonos tocar , encontrándonos y pegados por una esquina.
Con estas palabras iniciaba la jugada Marc el ultimo día que se vieron, hace una semana.
Se sonrieron y se abrazaron bien fuerte.
Victor se puso rojo y Marc le socorró..



JAVIER BRAVO.
Barcelona, 25 de enero de 2010.

“FUCK YOU, FUCK ME, FUCK... ”


Fuck me, babe, porque me estas matando,
el tempo en tus caderas me excita el descontrol,
enajena,
atenta contra mi verborrea
y absorto me devuelves coronando un colchón.
Afortunado el sudor de esta jaula de arcilla,
la cama que es un gemido algo ensordecedor...
Aunque te llore océanos sígueme torturando,
tú sigue galopando,
sígueme erotizando esta danza salvaje
con la que conquistas cada vez que mis sábanas
olisquean que encima estamos ambos dos.

Fuck you, bad boy porque me estoy colando,
imposible pasar del color de tu toz.
Ya no puedo vivir sin querer arrimarme,
tentación de tocarte,
tu lengua serpentina que azota mi atención.
El tacto de tu tacto,
tu instrumento compacto que irrumpe con ardor.
Mas no me importa nada porque me estas llenando
con un placer punzante simétrico al dolor.
Vas hundiendo tu todo en la nada más mía
humedeciendo mientras mis jadeos,
mi voz.
Abro entonces los ojos y te encuentro matándome
y me sonrío al verte
exprimiendo el momento,
saboreando este invento
y escupiendo unas gotas de espeso mal sabor.

Caigo rendido, pues, a tu diestra perversa
y aunque ya no estés dentro
aun me siento pleno
compartiendo contigo el colchón invertido.
Suicidio con sentido
porque sin sangre estás
matándome de amor.
Fuck off, honey, que me estoy enganchando...




JAVIER BRAVO
Barcelona, 13 de noviembre de 2009

"TANGO (y cash)"



Encima una farola hacía de contrapunto
para lo que la escena nos iba a regalar.
Cuatro pies bien hallados dialogando una danza,
un bandoneón de fondo actuando de telón.
Diferencias de edades evidentes habían
pero a pesar del tiempo,
bien maqueados de negro,
hacían de la noche un giro de acordeón
con la coreografía impía de una ilusión tardía
que robándole el paso se puso entre ellos dos.
A veces la farola mira y tartamudea
el choque de sus carnes urbanas,
adyacentes
que el destino licuó en esa vieja esquina
donde acaba la calle,
donde se entretenían rifando un apretón.
Cigarros de ornamento, pañuelito de seda,
melancolía ardiente, zapatos de charol
que rozándose estaban aquella madrugada
que se puso cardíaca
y sus mejores galas
para bien contonearse a golpe de trombón.
Jamás se vieron canas tan bien acariciadas.
Y nunca aquella esquina tan acaramelada
podrá olvidar el tempo de sus húmedos quiebros
ni las caderas perras de aquellos tortolitos
de Calle Buenos Aires
que entre compás y plática cantaban a Gardel.
Pasos bien coordinados, pupilas que quemaban
como una daga hiriente directa al corazón,
como una noche tímida que se traviste húmeda
eyaculando vida,
después de que un bolero se olvidara de vos.


Se apagó la farola al cabo de una hora.
Llegó la despedida,
contraria dirección.
El mayor le dio al tierno
sin milongas ni adverbios
un lametón sin beso y miró su reloj.
Dejó caer su mano, cual tango arrabalero,
en un bolsillo izquierdo del fino pantalón
pero en ella llevaba varios billetes sueltos.
Era el precio pactado por tan rota canción.
El joven sonrió a la par que su amigo
y marcharon, adultos, hacia su culebrón.


Hoy apenas bombilla luce aquella farola,
(hay bandoneón de fondo)
y de números rojos marchitó la pasión.






JAVIER BRAVO.
Barcelona, 12 de enero de 2009

viernes, 22 de enero de 2010

"Sr Vicio"



De tanto vicio
aquel señor
que quería ser miope
fue pillado
en el servicio
por una corriente
de vientos alisios.
Perdió el cabello,
se hizo obispo,
quedó impotente
y se volvió vizco.



JAVIER BRAVO
Barcelona, 21 de enero de 2009

"SIN PALABRAS"





Tras un orgasmo que se hizo de rogar,
afterhours,
y algunas sustancias ilegales
hemos quedado ingrávidos,
exhaustos,
sin palabras.
Tan sólo nos abraza este guarro silencio,
el cuerpo adolorido y satisfecho,
diálogos que no llegan,
la cabeza que estalla,
principio de mareo,
paredes apestando a limpiacabezales,
consecuencia de espasmos,
en la boca sequía
y un nuevo aterrizar.

Me juré moribundo, mientras desfallecía,
no conjugar jamás los extras con lo nuestro
y hasta quise decírtelo, más
no podía hablar.
Y preferí callármelo
y no limpiar el aire
porque este mareíto del tiempo estacionado,
corridos,
liberados,
destrozados
e invictos
devuelve a mi sosiego adrenalina y pilas.
No puedo con la vida
después que me la dieras.
No puedo atar un verbo y
me empieza a gustar.





JAVIER BRAVO.
Barcelona, 19 de enero de 2010