sábado, 19 de septiembre de 2009

"KIDS" (poema erótico-guerrero)


para Kid Chocolate y Kid Barraca.



Yo:
chocolate en la piel y canela en la nuca,
atlética armadura bordada a proporción
me fundo y me derrito cuando él se me acerca
y con mirada pícara,
vellos como soldados
se desata un combate, simpático ajedrez.
Madelmán de plomo buscando un jaque mate.
Se asesinan mis miedos y le dejo vencer.
En su cuerpo me fundo con fusiles,
granadas
haciendo de mi paz la guerra prometida
para que con sus labios me ganen la batalla.
Dispararle palabras que inventé para él.
Ya excitado, en segundos, si no me pide tregua
en un par de minutos se enredan nuestras lenguas,
se me seca la boca,
sus besos: una red.
Yo juego mi estrategia para tirar sus armas
y vuelvo a ser pequeño, a desear juguetes,
a desarmar un tetrix para armarlo después.
Juego a los escondidos,
otra vez a los médicos
con el armario abierto donde me ha hallado él.


Él:
barraca valenciana
Cómplice afrodisíaco de un secuestro de paz,
armas que se desarman,
pasión a mano armada,
soldadito de horchata,
pólvora a flor de piel.
Cuando él se me acelera aparecen sirenas:
las de escamas y branquias mojando fantasías,
las que alteran el orden y ensordecen mi ruido.
Su sangre dulce y ácida, naranja de la huerta,
se le tiñe de ámbar
y corre por sus piernas
hasta llegar a la vena que conecta a su miembro
y a otros gordos motivos para morir por él.
Un par de azotes certeros completan la verbena.
Sus barrios marginales son el chalé adecuado
para soñar, en siesta, que me habite mi cuerpo
con divanes de Ikea,
biombos con su silueta,
una buena cocina para catar su piel.
Divagando se acerca con maneras de divo
que divino divide mi espacio en dos parcelas
y patio de recreo donde él quiere correr.
Es mi pequeño príncipe, mi bribón consentido,
el aire destilado que en mi pulmón se cuela,
motivo de una guerra que no puedo perder.



Nosotros
somos un equipo,
antojados chiquillos,
niñatos treintañeros
liantes y liados
con un par de ciclones para cualquier tormenta.
Ante tanto erotismo el porno nos acoge,
se convierte en trinchera
y daremos que hablar,
con ruido,
con certeza,
apuntando a la vida
(que es un gemido eterno)
con ráfagas de paz.




JAVIER BRAVO
barcelona, 15 de agosto de 2009

1 comentario:

Anónimo dijo...

jejejeje me encanta nene...entrar en tus blogs y releer todo lo que escribes...Tu kid barraca.